31.8.11

Al final - Irene Sánchez Carrón



Que pocas cosas duelen. Digamos, por ejemplo,
que se puede no amar de repente y no duele.

Duele el amor si pasa
hirviendo por las venas.
Duele la soledad,
latigazo de hielo.

El desamor no duele. Es visita esperada.
No duele el desencanto. Es tan sólo algo incómodo.

Somos así, mortales
irremediablemente,
sin duda acostumbrados
a que todo termine.



Irene Sánchez Carrón (Navaconcejo - Cáceres - España 1967)
De "Porque no somos dioses" 1998

29.8.11

Silencio II - Gabriela Alicia Lorenzo



Desnudas
recorriendo el cielo

de las que no saben

a donde queda el infierno


Inventamos el lenguaje

de las que no tienen nombre

cantando canciones de agua

sobre nuestras pieles.


A nadie pedimos permiso

para tocar

de norte a sur

estas tierras nuestras.


No hay límite capaz

de detener los ríos cristalinos

de nuestra ansiedad,


No hay silencio capaz

de negar nuestros deseos.


Gabriela Alicia Lorenzo (San Nicolás - Buenos Aires - Argentina 1968)

Donde vivo - Analia Pinto

Para Emma



En el tremendo silencio de los claustros,
en la cresta furiosa de una verde ola,
en el súbito despertar de unos ojos que se abren al mundo,
en la clara mañana que empezó mi vida,
en el viento que arrastra mi voz y la suya,
en la cumbre de la montaña más alta y más lejana,
en el cálido aroma de la canela, la vainilla y el enebro,
en la puerta misma del Infierno,
en el día de hoy, de hoy mismo
allí es donde vivo.


Analia Pinto [Aixa Prados] ( Avellaneda - Argentina 1974)

28.8.11

Yo te miro en los ojos de todas las mujeres - Pablo Neruda

Fotografia Maia Flore



Yo te miro en los ojos de todas las mujeres
te miro pero nunca te he podido encontrar...


Pablo Neruda (
Parral - Chile 1904)

26.8.11

No contemplación - Susana Barragués



Ante todo, hay que dejar constancia de la satisfacción que me producía contemplarte. Esto es así, es correcto escribirlo porque es preciso, se ajusta a los hechos.


Hay que comprender también que esto no volverá a repetirse y asumir que es posible acostumbrarse.

Lo demás, describir el reflejo en tu pupila, el fuego, la asimilación súbita de tu pensamiento es humillar, reducir a vulgar el lujo que suponía poder observarte en silencio.

Tú no tenías visión sobre ti. Esto supone que la pertenencia de tu imagen me correspondía por entero en esos instantes. Sólo yo sé qué resplandor y sombra tenía tu rostro.

Que yo sepa, los relojes, las paredes, todavía no tienen ojos.

Yo te veía. Entre mi ojo y el tú contemplado, había una extensión, una concreción palpable, una colección de cosas. Tu señalabas y yo miraba donde se posaba tu vista. Veíamos a un tiempo el mismo objeto, por ejemplo, el trozo de un camión sobre un charco, una pieza de metal que brillaba con extraña intensidad.

El pasado sucede de forma rápida. El presente era infinito. Al escribir renuncio para siempre a que estar viéndote siga ocurriendo. Es decir, asumo el hecho de que verte forma parte del pasado.

Ante todo, hay que decir, que había una satisfacción en contemplarte. Esto es así, es correcto escribirlo porque es preciso, se ajusta a los hechos.

No voy a preguntar si ese trozo de metal sigue brillando, o éramos nosotros, la coincidencia de nuestros ojos posados sobre él, los que le hacíamos brillar.

Susana Barragués (Bilbao - España 1979)

25.8.11

Sin título - Clarise Lispector


Mi vida no tiene más remedio
Estaré engañándome diciendo que
Todavía es posible el futuro que soñé
Tengo absoluta certeza que
Nada de lo que aprendí fue en vano
Siento dentro de mí que
Tener un sueño no significa nada
No podría decir jamás que
Mi futuro puede ser brillante
Siento cada vez más que
Ya no tengo esperanza
Y jamás volveré a mentir que
La vida es una gran fiesta
Hoy reconozco que es verdad que
Vivir es no dejarse llevar por la ilusión...
Clarise Lispector (Chechelnyk - Ucrania 1920)

*leer luego el poema desde la ultima linea hacia arriba :)

24.8.11

Habitación - Margaret Atwood

Fotografia Alvaro Sanchez Montañez






El matrimonio no es
como una casa, ni siquiera una tienda de campaña

sino una fase previa, algo más frío:

El límite del bosque, donde empieza
el desierto
las escaleras despintadas
de la entrada trasera, en donde nos sentamos
en cuclillas, al fresco, y comemos pochoclo

donde penosamente, y con sorpresa
de haber sobrevivido hasta
este punto

estamos aprendiendo a hacer el fuego.

Margaret Atwood (Ontario - Canadá 1939)

23.8.11

Deja Vu - Adalgisa Neri


No sé de qué manera
ni bajo qué propósito
estás de regreso
y tan precisa
tan abrupta tu presencia
vuelve a dar en mi pecho

entonces yo también vuelvo
y es inevitable
como agua me acomodo al recipiente
y reposo
o recuerdo
no hay diferencia en esto
a no ser
por esa cicatriz que disimulo
cuando gana la intemperie

regresaste y vuelve mi mano sobre la tuya
un día sobre el otro
y letra por letra
vuelve a las cosas que tocamos
su primer nombre

advierto que hasta entonces
no supe de qué se trataba el retorno
y sabras que el verde verde limón
que se desangra en la rama
soy yo.

Adalgisa Neri (Rio de Janeiro - Brasil 1905)

22.8.11

Es la realidad de esta condena - Mar Sánchez Encinar


Es la realidad de esta condena,
la sublime incongruencia de esta calma
que a la tempestad precede.
Ésta soledad que me crece por dentro,
como un virus
y se queda allí,
entre los días y las noches,
entre la piel y el alma.
Se suceden los minutos,
en este reloj antiguo y desgastado,
como mis temidos anhelos.
La luz atraviesa esta ropa corroída
y se cuelan las ganas por los párpados cerrados.
La libertad me encoje y me envenena,
me arrastra y me domina.
Me quedan los recuerdos,
incisivos y recurrentes,
como mis sueños.
Y antes de que me eclipsen tus ojos
y me convierta en piedra,
fingiré que eres viento y yo veleta.



Mar Sánchez Encinar ( Madrid - España 1980)

21.8.11

Carta II - Idea Vilariño


Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.

Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.

Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.

Iré a cenar
es claro.

Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.


Idea Vilari
ño (Montevideo - Uruguay 1920)

20.8.11

Un llanto azul - Cuentos para leer sin rimmel



Me he cepillado el pelo hasta dejarlo brillante, me he puesto mi vestido verde, el que te gusta, y he cruzado la plaza para llenarme los ojos con esa luz que se cuela entre las copas de los árboles y deja dos escarabajos de oro en mis pupilas. Porque voy a verte.

Porque voy a verte aún sabiendo que es para decirte adiós, para que me digas adiós, para que me aprietes las manos entre las tuyas y me hables del amor que ha crecido entre nosotros, pero no es una enredadera que da campanillas violáceas sino una hiedra oscura, que nunca sabrá de flores.

Sé todo lo que va a ocurrir.

Rodará un llanto azul por mi mejilla.

La nombrarás para sentirte menos culpable. Hablarás de ella, de sus años de fervor y entrega, de las tranquilas paredes de tu casa, sacudidas por las pequeñas manchas que les hicieron las manos de tus hijos. hablarás también de ellos: dirás sus nombres con voz trémula, y yo me enterneceré y los acunaré en mi mente, como si me pertenecieran.

Es tu " yo pecador" hablarme de eso, después de haber soltado amarras, después de haber viajado conmigo entre tus brazos por un mar de ángeles sentenciosos y risas asfixiadas por tus besos y vientos de fuego quemándose en la sencilla y honda ceremonia de la pasión y el estremecimiento. Cuando me confesaste que no eras libre, ya estaba enamorada de ti, ya me querías.

Sentí que el universo se vaciaba y me tragaba en sucesivos terremotos; que me hundía buscando donde apoyar los pies.

Pero te quiero, dijiste.

Y la tierra volvió bajo mis pies, se cerraron las grietas, se soldaron los abismos, todas las cosas volvieron a su lugar.

Tan sólo una pátina gris sobre mi vida, sobre mi cuerpo, oscureciéndose, aplastando mis movimientos hasta volverlos lentos gestos de autómata.

Pero te quiero..

Me colgué de esas tres palabras para no morir. Entonces empezó la ansiedad de nuestros encuentros. Empezaste a nombrarla cada vez, a amarla para mí, para que supiera sus colores, sus actos, su forma de pensar.

Tan distinta a mí. Tan distante de ti y, sin embargo, teniéndote.

Porque tu no sabías, que era ella y no yo quien te tenía.

Y yo lo fui sabiendo, sin querer, sin proponerme saber, lo fui sabiendo día a día y fui ocultándotelo con miedo de que lo advirtieras.

Mientras no lo supieras me albergarías en un rincón de tu ser y de tu mente, y segurías pensando que yo era tu motor, que yo era la corriente de luz que te impulsaba, tu oasis, tu huerto y engalanado de frutos para el hambre y arroyos para la sed.

Egoísta, aferrada, empecinada, recortándote con el filoso cuchillo de la posesión, recortándote de tu estampa familiar en la que ellos te rodeaban, para alargar mi agonía.

¿ En qué momento descubre el árbol que su verdad es la raíz y no el libre ramaje que lo acerca al cielo y lo agita en el aire?...

¿ En qué momento ibas a darte cuenta de esto?. Unas semanas más y sucedió.

Era lo inevitable, lo esperado con miedo, lo presentido, eran los fantasmas corporizándose.

Me llamaste con una voz triste, pero segura y firme:

Tengo que hablar contigo, por última vez....

Bueno....

Mañana, me dijiste; a las tres de la tarde...

Y hoy es mañana.

Rodará un llanto azul por mi mejilla en el momento del adiós. Rodará un llanto azul por tu mejilla en el momento de la verdad.

¿ Porqué entonces este afán de gustarte, este cruzar la plaza para llenarme de luz dando la hora del encuentro, si sé que va a ser el último y nunca más, nunca, nunca más volveré a verte, volveré a estrecharme contra ti?.

Voy a morir un poco y me acicalo.

Voy al entierro de mi luz y me ilumino.

Voy al martirio y sonrío.

Endulzo el café, lo siento amargo.

Tiemblo, te quiero.

Voy a evitarte una tortura.

Voy a hacer algo por el amor que me recorre, que me aprieta frente al límite del olvido.

Llamo al camarero, pago mi café.

Huyo. Huyo de este lugar y del encuentro.

Me esperarás en vano. No verás mis ojos mojados. No tendrás que decirme tu discurso de despedida.

No responderé tus llamados, si me llamas.

Ya ves te facilito tu tarea, evito que te conviertas en mi verdugo.

No es un acto de arrojo solamente; es una forma de inventarme la manera de creer que hubiera rodado un llanto azul por tu mejilla en el momento de la despedida. Un llanto azul por mí.

Un llanto azul.

Porque si voy y estás sereno y duro, si voy y tus ojos permanecen secos, será la muerte verdadera, así...puedo llenar de azul este recuerdo..

De un llanto azul, un llanto azul por mí..

Poldy Bird (Parana - Entre Rios - Argentina 1941)

19.8.11

Te necesito - Pablo Neruda

Aún no estoy preparado para perderte...
No estoy preparado para que me dejes solo.
Aún no estoy preparado para crecer
y aceptar que es natural,
para reconocer que todo
tiene un principio y tiene un final.

Aún no estoy preparado para no tenerte
y sólo recordarte...
Aún no estoy preparado para no poder oírte
o no poder hablarte,
no estoy preparado para que no me abraces
y para no poder abrazarte.

Aún te necesito
y aún no estoy preparado para caminar
por el mundo preguntándome ¿por qué?
No estoy preparado hoy ni nunca lo estaré.

Te necesito.

Pablo Neruda (Parral - Chile 1904)

18.8.11

Déjalo estar - Miriam Reyes

Tú no eres mujer de hornos y niños
No eres capaz de mantener con vida ni a un cactus
No necesitas casa y semental
suéltalo, y echa a andar de una vez.
Aquel amante tuyo tenía razón
Para tí, las personas son accidentes:
de pronto te suceden.


 Miriam Reyes (Orense - España 1974)

17.8.11

La muchaha del semáforo - Joan Margarit


Tienes la misma edad que yo tenía
cuando empezaba a soñar en encontrarte.
No sabía aún, igual que tú
no lo has aprendido aún, que algún día
el amor es esta arma cargada
de soledad y de melancolía
que ahora te está apuntando desde mis ojos.
Tú eres la muchacha que yo estuve buscando
durante tanto tiempo cuando aún no existías.
Y yo soy aquel hombre hacia el cual
querrás un día dirigir tus pasos.
Pero estaré entonces tan lejos de ti
como ahora tú de mí en este semáforo.

Joan Margarit ( Sanaüja, Leida - España 1938)

16.8.11

¿A qué deshoras…? - Jaime Sabines


Para Aka




Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta.

Soy una cicatriz que ya no existe,
un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza,
para secar tus lágrimas que lloro.

¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba.
Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura. No me dejes
en medio de tu sangre en esa toalla.


Jaime Sabines (Tuxla Gutierrez - Chiapas - México 1926)

15.8.11

Mujeres que corren con los lobos - Clarisa Pinkola Estés

En nuestra vida, aún cuando un episodio resulte en una caída fuerte o una quemadura seria, siempre hay otro episodio esperándonos,
y luego otro.
Siempre hay más oportunidades de hacerlo bien, de labrar nuestra vida del modo en que merecemos tenerla.
No pierdas tu tiempo odiando un fracaso.
El fracaso es mejor maestro que el éxito.
Escucha, aprende, sigue adelante.


Clarisa Pinkola Estés - Estados Unidos 1945
(Fragmento del libro: "Mujeres que corren con los lobos")

Voy a apagar la luz - Vivian Nathan



"He pasado toda la noche sin dormir, viendo sin espacio tu figura Amar es pensar .Y yo ya casi me olvido de sentir solo pensando en ella"

Fernando Pessoa

Voy a apagar la luz
para quedarme a oscuras con tu rostro,
para inventar de nuevo aquel instante:
Intimidad etérea y fulminante,
piel en la voz,
voz en el canto,
en la mirada…
Voy a apagar la luz
porque la oscuridad me obliga a dibujarte,
me da la dulce libertad de juntar las ternuras,
de calcar las ansias y borrar las soledades…
Voy a apagar la luz
para pensar en ti.

Vivian Nathan (Montevideo - Uruguay 1953)

14.8.11

No quiero - Angela Figuera Aymerich


No quiero
que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile el aliento.
No quiero
que el trigo se queme y el pan se escatime.

No quiero
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.

No quiero
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
que en la cárcel se encierre a los buenos.

No quiero
que el labriego trabaje sin agua
que el marino navegue sin brújula,
que en la fábrica no haya azucenas,
que en la mina no vean la aurora,
que en la escuela no ría el maestro.

No quiero
que las madres no tengan perfumes,
que las mozas no tengan amores,
que los padres no tengan tabaco,
que a los niños les pongan los Reyes
camisetas de punto y cuadernos.

No quiero
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
que en el aire se agiten banderas
que en los trajes se pongan señales.

No quiero
que mi hijo desfile,
que los hijos de madre desfilen
con fusil y con muerte en el hombro;
que jamás se disparen fusiles
que jamás se fabriquen fusiles.

No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos
que decreten lo que es poesía.

No quiero amar en secreto,
llorar en secreto
cantar en secreto.

No quiero
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO...


Angela Figuera Aymerich ( Bilbao - España 1902)

13.8.11

Otro cielo - Mario Benedetti


No existe esponja para lavar el cielo
pero aunque pudieras enjabonarlo
y luego echarle baldes y baldes de mar
y colgarlo al sol para que se seque
siempre faltaría el pájaro en silencio

no existen métodos para tocar el cielo
pero aunque te estiraras como una palma
y lograras rozarlo en tus delirios
y supieras al fin como es al tacto
siempre te faltaría la nube de algodón

no existe un puente para cruzar el cielo
pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla
a fuerza de memoria y pronósticos
y comprobaras que no es tan dificil
siempre te faltaría el pino del crepusculo

eso es por que se trata de un cielo que no es tuyo
aunque sea impetuoso y desgarrado
en cambio cuando llegue al que te pertenece
no lo querrás lavar ni tocar ni cruzar
pero estarán el pájaro y la nube y el pino.

Mario Benedetti (Paso de los Toros - Uruguay 1920)

12.8.11

Domingo - Tove Ditlevsen



Nunca ocurre nada los domingos.
Nunca encuentras un nuevo amor en domingo.
Es el día de los infelices.
Día de pensión o día de familia.
Las horas más dolorosas de la amante
cuando se imagina a su amado
con sus hijos en las rodillas
mientras su mujer, sonriente,
entra y sale con tentadoras bandejas.
Un día maldito.

Alguna vez tuvo que haber sido diferente.
¿Por qué si no tendríamos todos
que esperar con ansias el domingo durante toda la semana?
¿Quizá cuando íbamos a la escuela?
Pero ya entonces las campanas sonaban
compungidas y grises como lluvia y muerte.
Ya entonces las voces de los adultos
eran débiles e insonoras como si buscasen a tientas
y en vano las palabras dominicales.

El olor a humedad y a pan mohoso,
a sueño, botas de goma y achicoria
ya subía entonces por la escalera
y la calle, que estaba dura, vacía y diferente
de una manera desolada ­
El olor dominical nos forraba
con la gruesa capa de la decepción
que sigue a una expectativa
sin meta específica.

Pero, entonces ¿cuándo? En un lugar anterior a la memoria
hubo felicidad, una expectativa irresistible
que todavía nadie había sido capaz de defraudar.
Entonces las campanas significaban que papá estaba en casa,
el bigote, las negras cejas y el olor a tabaco mascado
estaban allí y allí quedaban, en un lugar cercano,
y quizá la risa de tu joven madre
sonaba más alegre que los otros días.

Es domingo. Tú nunca encontrarás
un nuevo amor ese día.
Estás sentada en el cuarto de estar
apabullada y rígida como una figura de cartón
a los ojos de los niños.
Escarban con los pies
y se pelean sin energía.
«Deberíamos hacer algo», dices.
«Sí», dice una voz detrás del periódico.
Entonces os calláis los dos, porque todo lo que tenéis ganas
de hacer es oculto y secreto
y sería inaceptable para el otro.

Las campanas de la iglesia suenan. Las narices de los niños
se llenan de desesperanzado olor heredado.
Sobre sus dulces rostros se desliza
una fealdad pasajera.
Una luz marchita
nace en sus ojos.

Pero todos esperamos el domingo
toda la semana, toda nuestra vida,
esperamos la ilusión de cientos
de largos domingos vacíos, agotadores.
Día familiar, día de pensión,
el infierno de los amantes secretos.
Ese día en que la nauseabunda grisura de los adultos
impregna a los niños y establece
la incomprensible melancolía dominical de los años venideros.

Tove Ditlevsen (Copenhague - Dinamarca 1917)

11.8.11

Llanto súbito

De un tiempo a esta parte hay un momento del día
en que me brota de la nada
desde lo mas profundo de mis entrañas
un llanto súbito.
Lloro con dolor, con nostalgia con locura y hasta con un poco de bronca.
Creo que es porque te voy despidiendo
de a poquito
y veo como nos vamos alejando;
de a poquito...
Yo soporto el llanto, lo lloro fuerte y dejo que salga como quiera.
Pero dejo constancia
que en mi corazón
no cabe un solo rasguño
mas.

Isabel De Sosa Viera - Isza ©

10.8.11

Poema de Amor - Lauren Mendinuetta

Para Jorge Luis Borges


Me pesan
El bullicio y la injusticia
La marea turbia
Y el olor de un atardecer marino
Que no he de presenciar
Las largas despedidas
Y los encuentros fugaces
Algunas palabras
Y los silencios forzados por la distancia
La noche despoblada de ti
Que avanza indiferente
Hacia el abismo del día
Las letras que componen tu nombre
Inmensa pieza del universo que todo lo encierra
La cifra que define tu número
El género que marca tu cuerpo
El tiempo indefinido de tu existencia.

Lauren Mendinueta (Barranquilla - Colombia 1977)

9.8.11

Cántico - Rosa Maria Roffiel



Me gustan las mujeres esdrújulas
sin brújula
sin mítica
con tónica.

las que aman con las vísceras
las células
las glándulas

las rítmicas
intrépidas
impúdicas

las pérfidas
ingrávidas
poéticas
las mágicas
las lésbicas
lunáticas

Me gustas tú, Andrómeda
erótica
magnífica
política
MUJERICA.


Rosa María Roffiel ( Veracruz - México 1945)

8.8.11

Sin título - Gloria de Frutos


Al final siempre regresamos a nosotros mismos
por el camino que conduce a la calle del aire
donde el tiempo es sólo un soplo en nuestra memoria.

A escribir con los dedos en los labios que provocan.
A estrechar cinturas sin cadenas, a besar noches.
Y amanecer entre fragancias libre de toda culpa.

Al final siempre regresamos a nosotros mismos
porque también somos lo que nunca fuimos.

Estrella fugaz en el universo clandestino de los amantes.


Gloria de Frutos (Madrid - España 1946)

7.8.11

Sobrevivientes - Rosa Maria Roffiel



Para mi Hermana Virginia

 

Yo conozco tu locura porque también es la mía

Somos locas rebeldes
locas de estar vivas
locas maravillosas
estrafalarias, floridas

Ovejas negras
descarriadas sin remedio
vergüenza de la familia

piezas de seda fina
amazonas del asfalto
guerrilleras de la vida

Locas de mil edades
llenas de rabia y gritos
buscadoras de verdades
locas fuertes
poderosas
locas tiernas
vulnerables

Cada día una batalla
una norma que rompemos
un milagro que creamos
para poder seguir siendo

Locas solas
tristes
plenas

Mujeres locas, intensas
locas mujeres ciertas. 

Rosa Maria Roffiel (Veracruz - Mexico 1945) 



  Cada dia agradezco a la vida que me hallas tocado tú como hermana.
Te amo, para siempre...


6.8.11

Un Huésped - Idea Vilariño



No sos mío no estás
en mi vida
a mi lado
no comés en mi mesa
ni reís ni cantás
ni vivís para mí
somos ajenos

y yo misma
y mi casa
sos un extraño huésped
que no busca no quiere
más que una cama
a veces.
Qué puedo hacer
cedértela.
Pero yo vivo sola.

Idea Vilariño (Montevideo - Uruguay 1920)

5.8.11

Autorretrato - Tove Ditlevsen


Yo no sé:
cocinar
llevar sombrero
ser acogedora
llevar joyas
arreglar flores
recordar citas
agradecer regalos
dar la propina adecuada
retener a un hombre
mostrar interés
en las reuniones de padres.

No puedo
dejar de:
fumar
beber
comer chocolate
robar paraguas
quedarme dormida por la mañana
olvidarme de recordar cumpleaños
y limpiarme las uñas.
Hablar
por boca de otros
revelar secretos
amar
lugares extraños
y psicópatas.

Puedo:
estar sola
fregar platos
leer libros
construir frases
escuchar
y ser feliz
sin mala conciencia.



Tove Ditlevsen (Copenhague - Dinamarca 1917)

Pa Otros - Berta Piñan


Para otros la aventura, los viajes, el ancho
del océano, Roma ardiendo y las pirámides,
las selvas indomables, la luz de los desiertos,
los templos y el rostro de la diosa. Para ellos
rascacielos y ciudades, palacios del sueño
contra el tiempo, la sonrisa de Buda, las torres
de Babel, los acueductos, la industria incesante
del hombre y sus afanes.

A mi dejadme la sombra difusa del roble,
la luz de algunos días de otoño, la música callada
de la nieve, su caer incesante en la memoria,
dejadme las cerezas en la boca cuando niña, la voz
de los amigos, la voz del río y esta casa, de algunos libros,
pocos, mi mano dibujando, despacio, la curvatura
perfecta de tu espalda.

Berta Piñan

4.8.11

Si soy rara - Ester Vallbona


Si soy rara por intentar sembrar en el camino semillas de alegría.
Si soy rara por sonreírle a la vida aunque me lo ponga difícil.
Si lo soy por creer que el mundo es un ser vivo que tiene derecho a recibir,
no sólo a dar.
Si lo soy por prestar oídos al pulso de la naturaleza
en lugar de a los engañosos cantos de sirena de la sociedad.
Si defiendo que la ayuda no se compra ni se vende,
sino que se presta.
Si me emociona el retorno,
cada año,
de una golondrina al nido que la vio nacer.
Si me indigna ver a una mujer con las manos ajadas de trabajo mal recompensado.
Si me duele el niño de mirada marchita
que se cruza en mi camino.
Si soy rara por pensar que a la humanidad le queda una esperanza
mientras haya una sola persona que lo crea.
Si consiguen embelesarme el sonido de una nota,
el arrullo de un mar en calma.
Si no escucho las palabras
porque me pierdo en la voz que las pronuncia.
Si soy rara por despertar,
a media noche,
con la urgencia de un verso prendido en mi boca.
Si soy rara por creer que el corazón me da la libertad y la razón me la quita.Si soy rara por vestirme de payaso para robar una sonrisa amiga.
Si lo soy por mirarme en unos ojos con la esperanza de verme reflejada en ellos,
entonces, sí.
Entonces confieso que soy rara,
y mientras quede en mi cuerpo un soplo de vida
lucharé por seguir siéndolo y por dejar constancia de ello.



Ester Vallbona (Barcelona - España 1970)

3.8.11

Yo lo ignoraba todo de la vida - Beatriz Gimeno


Yo lo ignoraba todo de la vida.
Era muy joven
y mis labios besaban dulces pieles que no se me negaban.
Nadie me hablaba del dolor que yo no conocía
y el amor lo intuía vagamente
porque todo bastaba cuando el deseo crecía.
Los besos entonces no mataban, ni herían las palabras,
el placer sospechado era posible,
vivía, puedo decir bien alto que vivía.

¿Qué pasó?
No lo se.
Las playas son las mismas,
los cuerpos aún son jóvenes, el deseo es audaz
-tal como entonces, quizá más-
mis muslos aún aprietan caderas poderosas,
y sin embargo mi aliento se extingue lentamente
y hieden ya todos los puertos donde arribo.
Me duelen los recuerdos de otros días,
las risas, los olores,
el deseo que dejé de cumplir por lanzarme al camino.

Ahora soy pieda inmóvil en mi casa,
esposa austera y fiel, madre amante y tirana,
oscura sombra de mí misma,
aburrimiento tenaz, desidia
-de dejado de ser-,
se ha apagado la luz que más me llama.



Beatriz Gimeno (Madrid - España 1952)

2.8.11

Detesto - Ester Vallbona



Detesto a la gente que me condena sin tomarse la molestia de conocerme.
No soporto a los que no miran de frente,
a los que miran por encima del hombro,
a los que hablan a la espalda.
Aborrezco a aquellos que te valoran por lo que tienes o,
peor,
por lo que no tienes.
Me repugnan los que creen que el dinero lo compra todo y a todos.
Maldigo a quienes no respetan la vida
y ponen en manos de críos máquinas de matar y no juguetes.
Me aburren quienes no tienen nada que decir
y se conforman con lo que dicen los demás.
No aguanto la envidia.
Censuro la maldad.
Reniego de la mentira.
Me apenan los que traicionan la palabra confianza.
Desapruebo las batallas,
si no son por amor.
Sin embargo,
valoro a quienes se toman la molestia de conocerme
antes de juzgarme.
Me seducen los que me miran cara a cara,
con mirada franca.
Aprecio a quienes me quieren por lo que tengo
y lo que perdí.
Me cautivan los que no venden su alma,
la regalan.
Admiro a quienes saben hacer felices a los demás,
a los que regalan a un niño un sueño, una esperanza, una ilusión.
Me interesan quienes miran hacia dentro
y descubren que necesitarían dos vidas para explicar todo lo que ven.
Me entusiasma la generosidad.
Alabo la bondad.
Bendigo la verdad.
Me alegra poder conjugar,
día tras día,
el verbo confiar.
Apruebo las batallas que se ganan con palabras,
con besos.
Y, por encima de todo,
te amo a ti,
por lo que eres,
por lo que haces de mí.

Ester Vallbona (Barcelona - España 1970)

1.8.11

Reflejo - Susana Barragués


Tengo miedo de ser esa mujer que se detiene un día, frente a los escaparates de unos grandes almacenes, y descubre que no se reconoce a sí misma en su reflejo.
Tengo miedo de ser esa mujer que asustada, deja caer las bolsas de la compra por el suelo, y grita señalándose a sí misma en el cristal.
Tengo miedo de ser esa mujer que se recompone, mira alrededor, recoge deprisa las bolsas de la compra, y deja tras de sí a una parte de ella misma enloqueciendo frente a su reflejo en el cristal.
Tengo miedo de ser esa mujer que se aleja caminando de sí misma, comentando con desconocidos, ¿Has visto a esa mujer, que grita frente a su reflejo, como si no se reconociera a sí misma?


Susana Barragués (Bilbao - España 1979)